Dos ambulancias del Siprosa del Servicio 107 que se encontraban en plena actividad fueron atacadas por desconocidos en distintas zonas de la provincia en las últimas horas, según informó a LA GACETA Héctor Barrientos, jefe de Comunicaciones, Logística y Transporte del organismo de salud.

Uno de los casos ocurrió a la 1.30 de hoy, cuando el servicio respondió a un pedido de ambulancia en Colonia 31, en Lules, para atender a un hombre herido por un arma blanca. Según el relato de Barrientos, al llegar al lugar, los propios vecinos y allegados al herido comenzaron a golpear con palos y a arrojar piedras al vehículo oficial, que sufrió la rotura de su parabrisas. “Tenían la firme intencion de agredir fisicamente a los profesionales del móvil, que tuvo que ser sacado de servicio”, observó el funcionario.

El otro hecho se produjo también esta madrugada, pero en Alderetes, en el camino de circunvalación, cuando una ambulancia que transportaba un paciente desde el CAPS Delfín Gallo al hospital de Niños recibió los impactos de piedras que fueron arrojadas desde el costado de la ruta, que atravesaron la ventanilla lateral del vehículo luego de romper el vidrio. “Gracias a Dios no le pasó nada al paciente ni al personal”, apuntó Barrientos.

El funcionario del Siprosa remarcó que lo más grave es que esta modalidad se está haciendo común, ya que no es la primera vez que la gente destruye ambulancias. “Está claro que ninguna actitud violenta tiene justificación, pero incluso podría llegar a entenderse que rompan un patrullero de la Policía, pero no una ambulancia”, analizó.

“En los vehículos llevamos equipamiento muy costoso y necesario para salvar vidas, como cardiodesfibriladores, que son muy difíciles de reparar. Además, está lo más importante, que es la integridad física del médico y el chofer de la ambulancia, e incluso puede pasar que tengamos problemas porque no quieran salir a trabajar para atender emergencias en estas condiciones de inseguridad”, cerró Barrientos.

fuente: lagaceta.com.ar